¿Qué pasa si me salto una revisión de los dientes?

Podemos pensar que por un olvido no pasa nada, pero la realidad es que nada frena los problemas en la erupción de los dientes en los niños, ni el dolor articular, ni el desgate de dientes, ni el apiñamiento… y una larguísima lista de problemas en los dientes y la boca a los que ponemos solución en Ortodoncia Borja.

Se recomienda una revisión cada 6 meses en los niños y cada año en los mayores. Hay muchas razones, una muy entendible y gráfica según la doctora Genoveva Borja es que “una caries en un adulto al cabo de un año puede estar casi igual sin embargo el crecimiento de un niño o los cambios hormonales de un adolescente hacen que se acelere el proceso de destrucción de una caries en un diente, lo que empieza siendo un puntito acaba por convertirse en un boquete”.

En este vídeo puedes ver muy claramente cómo evoluciona una caries y lo que perjudica a los dientes temporales.

La doctora Borja apunta a que es muy importante vigilar la caída de dientes temporales para que la salida de los dientes definitivos sea la correcta. En esa vigilancia y cuidado se va aplicando lo que llamamos ortodoncia preventiva que ayudará a evitar grandes problemas en un futuro. La doctora Borja añade que “los aparatos de ortodoncia no se ponen cuando ya han salido todos los dientes, ponerlos antes supone mejores tratamientos, más cortos, que se mantengan más en el tiempo, y sobre todo porque mejoramos el crecimiento facial de los niños”.  

En la siguiente fotografía puedes ver el antes y el después, de uno de nuestros casos, con tan solo un año de diferencia. Una paciente con 7 años presentaba un caso claro de mordida abierta, por lo que aplicamos un tratamiento que consistió en colocar unos ensanchadores en el paladar y un aparto para dar la dirección correcta al crecimiento de la mandíbula.  

Si no hubiéramos hecho el diagnóstico a esa temprana edad nuestra paciente hubiera tenido tendencia a respirar por la boca, con la consiguiente irritación de encías y dolor de garganta; y hubiera desarrollado lo que llamamos interposición lingual, que es la tendencia irrefrenable de la lengua de colocarse donde hay un hueco entre dientes y eso provoca a la larga el movimiento de los mismos y su apiñamiento. Nuestra paciente si hubiera venido con 15 años ya no le hubiéramos arreglado el problema ni en un año, ni con dos aparatos. Con toda probabilidad hubiéramos tenido que recurrir a las extracciones y a la colocación de tornillos en el paladar para solucionar el problema, como puedes ver en este enlace donde explicamos uno de estos casos.      

Sonríe, ríe y sé feliz.

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