Genoveva Borja: «Primero la función de la articulación y luego alineamos dientes».

Volver a la universidad 25 años después de acabar los estudios para dar clase de la especialización en la que trabajas día a día es una experiencia “ilusionante y muy satisfactoria”. La doctora Genoveva Borja amplía su docencia este año. Así además de las clases que ya imparte en el Máster de Ortodoncia de la Universidad CEU Cardenal Herrera ahora también dará clases en la Universidad Europea de Valencia.

Vas a dar clase a alumnos de primero, segundo y tercero. Participar de la formación de futuros ortodoncistas es un trabajo de responsabilidad. ¿Qué objetivo te has marcado a alcanzar en tus clases?   

El objetivo de mis clases, y para mí es muy importante ya que yo lo he padecido, es que todos mis alumnos sepan la importancia de la articulación y de su buena función antes de una buena ortodoncia. Porque tú puedes dejar los dientes de un paciente perfectos, pero si no funcionan y al paciente le duele a la hora de masticar da lo mismo lo bonito que los hayas dejado, no has hecho un buen trabajo, no has conseguido los objetivos reales de un buen ortodoncista.

¿Por lo tanto la ortodoncia no trata solo de ordenar dientes?

Para nada. Ordenar dientes es fácil, pero hacer que se ordenen para que funcionen correctamente, para que la articulación no duela y para que además estéticamente en la cara todo tenga armonía, eso ya no es tan fácil y solo se consigue con un buen estudio y conociendo los aparatos que manejamos. En una buena ortodoncia los dientes deben quedar dentro de la boca, no fuera de ella, los labios tienen que quedar bien cerrados en reposo y con unos bermellones bonitos y sugerentes. Es importante conseguir que no queden unos labios rectos y que el resultado tenga armonía.

¿Cómo se consigue la armonía facial?

La armonía facial es importante y conseguirla requiere de tiempo. Vivimos en una sociedad que siempre tiene mucha prisa que todo lo quiera rápido. Queremos un cuerpo tonificado y perder kilos en muy poco tiempo y sin pasar por el sacrificio que ello conlleva. En los tratamientos de ortodoncia pasa lo mismo, por suerte disponemos de la tecnología adecuada para que el paciente vea antes de empezar cómo va a ser el resultado de su tratamiento al final y se anime a conseguir la meta deseada. Una buena ortodoncia no es rápida, movemos los dientes lentamente para evitar el desgaste radicular y la pérdida ósea, evitamos que los dientes no tropiecen, no se rocen entre ellos, y se produzca lo que se denominan facetas de desgaste. Una buena ortodoncia tiene que conseguir buena proporcionalidad en la cara, entre el tercio superior, medio e inferior de la misma, la mordida tiene que ser bilateral, es decir, el paciente tiene que masticar tanto por el lado derecho como por el izquierdo.

¿Y ha cambiado el mundo de la ortodoncia desde que estabas en la universidad hasta hoy en día?

Realmente mucho. Ahora los aparatos son más pequeños y menos visibles. La gente ya no se siente acomplejada por llevarlos, es más ahora es una suerte poder hacerte un tratamiento de ortodoncia sobre todo porque se puede hacer a cualquier edad. Antes se pensaba que a la gente más mayor no se les movían los dientes, pero no es así. Ha cambiado la mentalidad y sobre todo se ha avanzado mucho en los estudios e investigaciones que van verificando tratamientos y resultados. Un claro ejemplo lo encontramos en el aspecto de la articulación. Antes para tratar la articulación no se montaban los dientes en el articulador, solo en los casos de una rehabilitación completa, eso se hacía poner coronas a todos los dientes. Ahora entendemos la ortodoncia como una rehabilitación total de la boca. Hacemos rehabilitaciones completas ya que movemos los dientes en ambas arcadas para que encajen y puedan masticar correctamente.

¿Qué ha hecho que dieras el paso de dar clases?  

Durante mucho tiempo no he dejado hacer cursos y de estudiar. Yo trabajada y veía los problemas de la práctica diaria e iba a cursos donde unas veces me los resolvían y otras no.  Llegó un momento en que yo ya tenía más casos que había resuelto de forma rápida y eficaz que los que me encontraba en los cursos y tuve la necesidad de compartir todo lo que he aprendido después de 25 años de experiencia. Me invitaron a dar mi primera clase, gustó y supe que debía continuar. Es muy satisfactorio notar la emoción de los alumnos cuando de repente entiende algo, cuando lo que ellos aplicaban de forma mecánica ahora lo hacen porque han entendido el proceso. Entender es la puerta para seguir avanzando y participar de eso es realmente grato.

¿Cómo enfocas las clases?

Mis clases todas son muy prácticas. Enseño todos mis trabajos los de éxito y sobre todo aquellos en que no he llegado a lo que yo quería, de estos casos es de los que más se aprende. Yo siempre me pregunto por qué ha fallado. Y no paro hasta encontrar la respuesta y encontrar un tratamiento alternativo. Por ejemplo, si hay una enfermedad periodental o el paciente es fumador debes saber que no puedes conseguir la excelencia profesional que deseas, porque el hueso de ese paciente no se regenera como debería y que las encías no se adaptan y necesitas otro tipo de trabajo para solucionarle el problema que tenga. Todo ese proceso de aprendizaje, que yo he vivido durante 25 años, se lo puedo facilitar a mis alumnos y creo sinceramente que es un lujo para ellos, pero también para mi. A mí me apasiona guiarles y decirles «no vayas por ahí porque yo ya he ido más de una vez y es un camino sin salida».

¿Qué les aportas a tus alumnos desde el punto de vista de lo que te hubiera gustado a ti que te enseñaran? 

Soy muy ordenada, he tenido profesores estupendos, pero dispersos. Una idea aquí, otra idea allá, sin orden, aunque por supuesto cuando acababas el curso todo tenía sentido. Me hubiera gustado un esquema, empezar por lo básico para poder entender lo siguiente. Así que a mis alumnos siempre empiezo por proporcionarles una buena base de conceptos y después analizar casos, casos y más casos. Tengo la suerte de tener alumnos muy motivados, con inquietudes, porque les gusta la ortodoncia. Empiezan un poco asustados ya que les enseño aspectos que no dan en la carrera.

 

¿Y qué aspectos nuevos les enseñas?  

Primero la articulación y luego alineamos dientes. Es el método de trabajo que aplico. Ahora no es muy habitual, aunque acabará siéndolo. En el mundo de la ortodoncia se ponen brackets, en la clínica Ortodoncia Borja vamos más allá. Primero velamos para que la articulación y la boca funcionen bien, una vez lo conseguimos empezamos a mover dientes. El precursor de esta línea de trabajo fueron los Drs Ronald Roth y  Bod Williams y ahora es el Dr. Kazumi Ikeda y que explica en su libro “ 1st ATM y luego ortodoncia”.

Entonces no sólo debemos preocuparnos por tener unos dientes rectos sino por cuidar la articulación de la boca.

Así es. La ATM, Articulación Temporo Mandibular, es algo nuevo. Con todas las nuevas tecnologías que tenemos a nuestro alcance, desde los CBCT hasta el Escáner 3D, podemos avanzar en el campo de la mejora de la función articular. Todas estas pruebas, que realizamos en nuestra clínica de forma fácil y rápida, nos permiten hacer férulas al milímetro que permiten acabar con el dolor, posibilitar que el paciente pueda dormir mejor y evitar que se le desgasten los dientes. Podemos hacer diagnósticos al 100% y poner soluciones.

Si te ha resultado interesante el contenido de esta entrevista no dudes en dejarnos tu comentario, si tienes alguna duda o pregunta sobre los tratamientos de ortodoncia contacta con Ortodoncia Borja, estaremos encantados de atenderte.

Sonríe, ríe y sé feliz.

 

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